La escoliosis es una desviación de la columna vertebral en forma de “S” o de “C”. No hay casi sintomatología, solo se observa una deformación de la columna vertebral que se puede agravar durante la adolescencia. Afecta más que todo a las mujeres.

En más de 80% de los casos, la causa es idiopática (no se sabe la causa), las otras razones son genéticas o anormalidad ósea en el esqueleto.

Pero sabemos que lo puede aumentar: malas posturas, caídas, accidentes, estrés, mala alimentación y especialmente durante el crecimiento en la adolescencia. Por la razón que el cerebelo no puede seguir el ritmo de crecimiento óseo, y tenemos una pérdida de tono muscular así que ella no podrá contener una buena postura de la columna y facilita la deformación de la columna vertebral.

Acudir al quiropráctico antes de los 16 años y lo más temprano posible podrá permitirnos controlar una evolución desfavorable de la escoliosis.

Si la escoliosis llega a ser sintomática (superior 40º de angulación) con problemas de respiración o al nivel del corazón se debe recurrir a la cirugía. Realizaremos un examen clínico a fondo, midiendo la escoliosis (rayos X columna entera de frente) para poder hacer un comparativo a futuro. El seguimiento es importante para apreciar cambios y mejoría en la columna vertebral, los ejercicios de reforzamiento de la musculatura de la espalda darán los mejores cambios.

Obviamente es un trabajo a largo plazo que nos permitirá ver cambios, se puede también usar un corset no rígido (tipo abrazadera) para optimizar los cambios, pero el ejercicio es indispensable.

El paciente tiene que saber que será imposible volver a tener una columna vertebral con cero grados de desviación, aun cuando se someta a cualquier tratamiento médico incluida la cirugía, lo más importante no es el aspecto que tiene la columna vertebral lo realmente importante es que quede funcional el cuerpo (enlazado intrínsecamente con el sistema nervioso).